Maternal

Fundación Inti Huasi “Casa del Sol” | Pedagogía Waldorf Bogotá

En los primeros años de vida, los desarrollos físico, emocional y cognitivo
se encuentran unidos sutilmente y de manera compleja.


Poco después del nacimiento el bebé comienza a alzar su cabeza y una vez que ha desarrollado suficientemente la musculatura para mantener la cabeza en su posición erguida comienza a moverse a través del espacio. Primero se “arrastra” sobre el suelo, pero pronto eleva las rodillas bajo su cuerpo, los brazos se levantan y comienza a gatear. A cada logro conseguido en el proceso del movimiento le sigue otro nuevo. Paso a paso el niño aprende a elevarse en contra de la fuerza de la gravedad y manteniéndose en equilibrio, camina sobre sus dos piernas. La alegría de un niño que da solo sus primeros pasos es inolvidable.

En el desarrollo de la capacidad lingüística se conforma la fina musculatura de los órganos de fonación y de la mímica de forma que queden bien adaptados para permitir la comunicación. El aprendizaje del lenguaje no solamente conlleva un solo cambio en la organización física, sino que también lleva a una diferenciación en la vida anímica del niño. El lenguaje empleado en el entorno de un niño tiene una importancia decisiva sobre el desarrollo del mundo de sus sentimientos.

Para el tercer año aparecen las primeras frases se empieza a ver el niño aparte del mundo, no integrándolo como era antes, es aquí cuando se desarrollan los primeros destellos de pensamiento, se cierran las fontanelas, todo lo quiere hacer “yo solo.” Cuando comienza a tener conciencia de sí mismo hace conciencia del “yo” y se denomina “yo” a sí mismo.


El aula de maternal es un lugar acogedor, una suerte de segundo hogar para el niño. Es un espacio armónico que proporciona
momentos para el juego simbólico, momentos para actividades artísticas y momentos para el reposo.


Publicado en Primer Septenio.